Higea -o Higía, o Hygieía, o Hygeia, son algunos nombres para la la Diosa griega de la salud. Dentro de la estirpe de la mitología, era hija de Asclepio, el dios de la medicina (al que los romanos, luego, llamaron Esculapio) y, por tanto, nieta de Apolo, uno de los más poderosos y polifacéticos dioses del Olimpo, y hermana -entre otras y otros- de Panacea “la que todo lo cura”. Con su abuelo, su padre y su hermana aparece todavía en el inicio del famoso  Juramento Hipocrático.

“Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higía y Panacea, por todos los dioses y todas las diosas, tomándolos como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso:
Venerar como a mi padre a quien me enseñó este arte, compartir con él mis bienes y asistirles en sus necesidades; considerar a sus hijos como hermanos míos, enseñarles este arte gratuitamente si quieren aprenderlo; comunicar los preceptos vulgares y las enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina a mis hijos y a los hijos de mis maestros, y a todos los alumnos comprometidos y que han prestado juramento, según costumbre, pero a nadie más.
En cuanto pueda y sepa, usaré las reglas dietéticas en provecho de los enfermos y apartaré de ellos todo daño e injusticia.
Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura.
No tallaré cálculos, sino que dejaré esto a los cirujanos especialistas.
En cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción, principalmente de toda relación vergonzosa con mujeres y muchachos, ya sean libres o esclavos.
Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto inviolable.
Si el juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y sea honrado por todos los hombres y por la más remota posterioridad. Pero si soy transgresor y perjuro, avéngame lo contrario”.

Saius en la mitología griega

Higía (en griego antiguo γίει Hygíeia, o γεί Hygeia, ‘salud’), era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna), mientras que su padre estaba relacionado con la medicina. De su nombre proviene la palabra «higiene». Su equivalente en la mitología romana es Salus.​

Aesclepius ayudó a una serpiente, y como agradecimiento el reptil le lamió el oído, compartiendo con el dios todos los secretos de la medicina y otorgándole poderes curativos. Zeus, temeroso de que Aesclepius hiciera que los humanos se volvieran inmortales, lo mató con un rayo.

A partir de ese momento, se construyeron templos en honor a Esculapius en donde aparecían serpientes que aparentemente estaban muertas, pero que cuando se las recogía, volvían a la vida. Esto hizo creer que los poderes de Aesclepius eran los que hacían volver a la vida a los reptiles y por ello, las serpientes se convirtieron en la cultura occidental en un símbolo de curación, muy relacionado con la medicina.

Estatua de Hygieia. Hija del dios de la medicina, Ascelpius. Diosa y personificación de la salud. Copia arte romano, según el original griego del siglo III a.C. Mármol. Museo Estatal del Hermitage. San Petersburgo. Rusia.

Saius y Panacea; las hijas favoritas de Aesclepius

Panacea, curaba mediante recetas perfectas de hierbas que permitían sanar cualquier enfermedad. De ahí deriva la palabra Panacea para referirse a todo aquello que soluciona o cura enfermedades.

En el otro lado encontramos a la diosa Higea, cuyos dominios estaban relacionados con la higiene y la limpieza. La palabra higiene, tiene su raíz etimológica en la diosa Higea.

El culto en Atenas a la diosa Hygea, data del siglo VII antes de Cristo. Plutarco, relató la construcción del Partenón en Atenas diciendo que la diosa estaba presente cuando un obrero se cayó desde una gran altura cuando estaba construyendo. Los médicos no podían tratarlo y esa misma noche, la diosa Higea se apareció en sueños a Pericles y le enseñó un tratamiento para sanar al hombre herido.

El albañil se recuperó y en honor a Athena Hygea se situó una estatua con su imagen cerca del altar. Su culto como diosa independiente es posterior y ocurrió cuando el Oráculo de Delfos la incluyó como Diosa tras la devastadora Plaga de Atenas. La mitología romana, la adoptaría con el nombre de Sirona.

En el helenismo moderno

En el helenismo religioso moderno, una de las maneras en que se implora la voluntad de la diosa para que retribuya la salud en las personas, es recitando un himno dedicado a ella y luego realizando una libación de vino rosado.

 

“¡Ven, Oh Bendecida Higía!
Adorada y querida Reina Universal.
Porque a través de ti desaparecen las enfermedades del hombre,
y cada casa florece, llenándose de alegría
Y a través de ti, las artes también nacen.
¡Lo que eres tú desea el mundo, Oh Reina!
La que siempre florece, a la que siempre se la honra,
descanso de los mortales.
Ven Reina, Higía, porque si tú no estás
todo es innecesario,
Y salva de la enfermedad a tu suplicante (o a mi familia)».

 

Se la solía representar como una mujer joven de pie, coronada con una rama de laurel, vestida con una túnica ligera y alimentando una gran serpiente enroscada en torno a su cuerpo que bebía de una copa que portaba Higía. Estos atributos fueron adoptados más tarde por la diosa de la curación galo-romana, Sirona. Peter Paul Rubens. Hygeia, diosa de la salud, ca. 1615. Óleo sobre panel de roble. Instituto de Artes de Detroit, Detroit, MI, EE. UU.

 

Saius también es un asteroide, que aspira a planeta

Descubierto en el cinturón de asteroides que orbita entre los planetas Marte y Júpiter el 12 de abril de 1849 por el astrónomo italiano Annibale de Gasparis (1819-1892) desde el observatorio de Capodimonte en Nápoles, Italia.

Es el cuarto más grande en esa localización, ​ con un diámetro medio de 400 km,7​8​ y una masa estimada en el 3 % del total de la del cinturón de asteroides.

Debido a su superficie oscura y a la gran distancia que lo separa del Sol, aparece muy débil cuando se observa desde la Tierra a pesar de ser el cuerpo más grande en su región

Su rotación es inusualmente lenta. Tarda 27 horas y 37 minutos en rotar sobre su eje,1​ mientras que la mayoría de los asteroides grandes tienen rotaciones de entre 6 y 12 horas. Se piensa que su sentido de giro es retrógrado.

Los asteroides cuentan con una variedad de formas, pero la forma redondeada de los planetas enanos muestra que tenían suficiente masa para que su propia gravedad los llevara a esta forma redonda. Saius ya cumplió con los demás requisitos para la clasificación de planetas enanos, ya que orbita alrededor del sol, no es una luna que orbita otro planeta y no ha eliminado otros objetos de su propia órbita, por lo que este asteroide en el futuro podría quitarle la corona a Ceres como planeta enano más pequeño del sistema solar.